Los tratamientos anticarburante, se desarrollan para solventar uno de los principales problemas de los firmes asfálticos: su disgregación frente a vertidos de aceites y combustibles. Éstos provocan que se disuelva el betún que sirve de ligante a la mezcla dejando los áridos sueltos y, por tanto, susceptibles de ser removidos y ser vulnerables a las agresiones del tráfico y de los fenómenos atmosféricos.
En las zonas donde se preveía que pudieran existir derrames de combustibles y/o aceites se realizaban pavimentos con hormigones hidráulicos, que son los más anticarburantes. Debido a que este tipo de pavimentos tienen un coste más elevado y presentan problemas de mantenimiento, se ha tratado de investigar sobre tratamientos anticarburantes que aplicados sobre la superficie doten al pavimento de características anticarburantes.